
Los gatos pueden evitar ciertos lugares o a otros animales debido a experiencias negativas que han registrado en su memoria. Al observar a un gato que responde a su nombre, recuerda dónde está su plato de comida o actúa con precaución en un sitio donde tuvo una mala experiencia, surge la pregunta: ¿qué tan buena es su capacidad de retención?
A diferencia de los humanos, que usamos palabras e imágenes para recordar, la memoria de los gatos parece estar más relacionada con sus sentidos del olfato y el sonido. Esto plantea preguntas interesantes sobre cómo estos animales perciben su pasado.
Según los estudios científicos, los gatos tienen tanto memoria a corto plazo como a largo plazo. Esta habilidad para recordar experiencias pasadas influye en su comportamiento y forma de interactuar con el entorno.
Memoria a corto plazo
La memoria a corto plazo permite a los gatos recordar información durante un breve periodo. Un experimento con 50 gatos mostró que podían recordar la ubicación de la comida durante hasta 15 minutos después de haberla visto. Sin embargo, la precisión de sus recuerdos disminuía con el tiempo.
Este tipo de memoria también se relaciona con la orientación espacial. Los gatos utilizan su memoria para moverse en su entorno, recordando la ubicación de objetos y rutas seguras. Por ejemplo, si un gato explora un espacio y encuentra un obstáculo, puede recordar su posición durante unos minutos y evitarlo sin necesidad de mirarlo de nuevo.
Memoria a largo plazo
A diferencia de la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo permite recordar experiencias durante meses o años. Los gatos son capaces de recordar lugares, personas y situaciones específicas, especialmente si están vinculadas a emociones intensas, como miedo, alegría o peligro.
Por ejemplo, un estudio demostró que los gatitos pueden reconocer el olor de su madre hasta un año después de haberse separado de ella. Aunque no podemos afirmar con certeza si la recuerdan como tal o solo reconocen un olor familiar, su preferencia por ese aroma sobre el de otros gatos sugiere que tienen algún tipo de recuerdo de su madre.
Según Mikel Delgado, una experta en comportamiento felino, la memoria de los gatos está fuertemente influenciada por el contexto y las emociones. Ella explica: “Los gatos recuerdan eventos que son significativos en sus vidas, ya sea de manera positiva o negativa. Un gato maltratado puede manifestar miedo o ansiedad en situaciones similares incluso años después”.
Memoria asociativa

Este tipo de memoria es vital para la supervivencia, ya que permite a los gatos recordar qué situaciones son seguras y cuáles deben evitar, es decir, relacionar eventos con sus consecuencias. Por ejemplo, un gato que ha tenido una experiencia negativa con un robot aspirador probablemente saldrá corriendo al escuchar su sonido, incluso si ha pasado tiempo desde la última vez que lo vio.
Además, esta memoria es importante para formar lazos con personas y otros animales en el hogar. Los gatos recuerdan a sus cuidadores, especialmente si han compartido experiencias positivas. Aunque no expresen su afecto como los perros, reconocen e identifican voces humanas y pueden recordar interacciones pasadas sin dificultad.
El papel del olfato en la memoria felina
A diferencia de los humanos, los gatos parecen depender más del olfato para recordar, lo que sugiere que su forma de almacenar recuerdos puede ser más multisensorial que la nuestra. Esta dependencia del olfato podría explicar por qué algunos gatos reaccionan de forma diferente ante ciertas personas o lugares, incluso si no los han visto en mucho tiempo. Por ejemplo, un gato podría recordar un hogar anterior al detectar un olor familiar, o podría evitar un lugar donde tuvo una mala experiencia.
¿Tienen memoria autobiográfica?
Uno de los debates en la comunidad científica es si los gatos poseen memoria autobiográfica, es decir, la capacidad de recordar eventos específicos con detalles contextuales. En perros, algunos estudios han mostrado que pueden recordar experiencias pasadas de forma similar a los humanos, pero en gatos, este fenómeno aún no se ha estudiado en profundidad.
Sin embargo, se ha observado que los gatos pueden recordar eventos específicos y reaccionar en consecuencia, lo que sugiere que podrían tener una forma de memoria episódica, aunque tal vez no tan desarrollada como en los seres humanos.
A pesar de que algunos estudios han arrojado luz sobre cómo los gatos almacenan y recuerdan información, aún queda mucho por investigar. Sabemos que tienen una memoria notable para eventos significativos, especialmente aquellos relacionados con la supervivencia, el afecto y la seguridad. Sin embargo, la manera exacta en que organizan y acceden a sus recuerdos sigue siendo un misterio.
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